viernes, 3 de mayo de 2024

TEMAS MUNICIPALES

PACTO PARA EL FUTURO DE LA HUMANIDAD (iii)

(La declaración política de Daejeon)

(…)

Frente a este contexto, el Pacto para el Futuro para el Planeta se atiene a los siguientes compromisos:

1. Rediseñar la planificación urbana para dar respaldo a unas prácticas más sostenibles y justas para todos los ciudadanos.

2. Reflejar los costes reales y íntegros de la producción de bienes y servicios, y no externalizar sus costes y/o efectos.

3. Promover políticas de desarrollo económico local que fomenten nuevos indicadores basados en la calidad de vida y el bienestar en lugar de en el crecimiento o el rendimiento económico, y conectar sistemas de ciudades con los traspaíses que las rodean.

4. Capacitar a las comunidades locales para que desempeñen un papel esencial en la protección de la biodiversidad, el agua, el medio ambiente y el planeta, y regenerar empleo local y optimizar recursos para mejorar la calidad de vida y proteger el medio.

5. Iniciar la transición a sistemas de energías renovables como prioridad imperiosa para un futuro más sostenible y justo.

6. Fomentar sistemas de movilidad urbana que prioricen eL movimiento efectivo y asequible de todas las personas, a la vez que se protege el medio urbano.

7. Proporcionar servicios esenciales accesibles a todas las personas en la proximidad con el menor desplazamiento posible.

8. Promover sistemas alimentarios sostenibles e inclusivos gestionados y mejorados por todas las esferas de gobierno, que aseguren el acceso y la calidad de los alimentos, la seguridad alimentaria, la soberanía y la resiliencia.

9. Aprovechar el potencial de la economía de la rosquilla para pasar de modelos destructivos a modelos restauradores.

10. Identificar mecanismos para rectificar la distribución de beneficios y cargas medioambientales, históricamente descompensados, y cocrear sistemas de resiliencia

NOSOTRAS, LÍDERES DE GOBIERNOS LOCALES Y REGIONALES

Admitimos que los gobiernos locales y regionales debemos cambiar urgentemente del sobreconsumo de recursos naturales a la protección de la biodiversidad, los océanos, el terreno, el subsuelo y la atmósfera. Los gobiernos locales y regionales desempeñarán un papel decisivo en la sensibilización y en la cocreación de nuevos patrones de producción y de consumo.

Entendemos que los nuevos enfoques deben equilibrar las necesidades del mercado y del estado, a la vez que reconocemos que una ciudadanía informada y capacitada es el vector de transformación más eficaz. No obstante, todo esto está basado en la identificación y la protección de los bienes comunes globales. Los gobiernos locales y regionales desempeñan un papel decisivo en la formulación de nuevos enfoques de políticas que prestan especial atención al rol de las ciudades intermedias dentro del sistema global. Para poder hacer frente a las crisis ecológicas, todos los niveles de gobierno deben poder movilizar los recursos financieros apropiados.

Reconocemos que los métodos actuales de producción y consumo son destructivos y totalmente insostenibles. Frente al desafío de la emergencia climática, la degradación medioambiental y el agotamiento de la biodiversidad, el cambio urgente a nuevas formas de producción, consumo y de cotidianidad es fundamental para transformar la relación entre sociedad, economía y naturaleza. La capacitación en la aplicación de taxonomías y oportunidades de instrumentos financieros verdes será clave a la hora de hacer frente a estas crisis.

Nos comprometemos a abordar las crisis climáticas, del agua y de biodiversidad y a revitalizar la economía a través de modelos de producción y consumo sostenibles, inclusivos y respetuosos con el medio ambiente, y a fomentar una distribución justa y equitativa de los beneficios de la acción climática y la resiliencia mediante la proximidad como bien común valioso para desarrollar otro modo de vida cotidiana con creación de valor ecológico, económico y social de acuerdo con los desafíos de nuestras ciudades y territorios.

Nuestra visión para el futuro que necesitamos trasciende el status quo en la transición hacia la eliminación de emisiones de carbono y la resiliencia local, y fomentar un cambio radical en la construcción de ciudades y comunidades debería ser la prioridad. Nos comprometemos a desarrollar una visión que considere estas acciones para nuestras ciudades y territorios desde una perspectiva de emergencia y de largo plazo, adoptando los derechos de la naturaleza como propios. Asimismo, la crisis climática no se puede resolver sin la movilización de capital privado mediante la equidad, los partenariados público-privados o instrumentos financieros mixtos. Para evitar la existencia de estándares diferenciados, las taxonomías deben definir criterios claros para facilitar el flujo de capital para productos financieros verdes, y una mayor liquidez y comparabilidad de mercados.

El Pacto para el Gobierno y la Democracia insta a la redefinición del gobernar en colaboración. Busca ubicar a toda la ciudadanía y comunidades en el centro de la toma de decisiones. Esto supone promover una calidad de vida esencial como medida básica para sustituir el PIB, para consolidar la paz y la prosperidad en nuestras ciudades y regiones, asegurar un mundo de ciudadanas y ciudadanos informados y empoderados que son tratados de forma igualitaria y justa en su diversidad sin importar las jurisdicciones, para generar un nuevo concepto de ciudadanía que represente los cimientos de una vida digna y con derechos para todas las personas. Reconoce que los enfoques basados en la seguridad no pueden restringir los derechos y libertados de la ciudadanía, y considera a los gobiernos locales y regionales como el espacio que puede conciliar la seguridad con la libertad. El Pacto insta a la renovación de una democracia que cumpla con las necesidades y los derechos de los ciudadanos. Por otro lado, hace un llamamiento a un impulso renovado a una descentralización y subsidiariedad con recursos, así como a una participación cívica activa e informada. Generar confianza entre ciudadanía, instituciones y comunidades, así como proteger los derechos humanos y los valores democráticos a todos los niveles suponen una condición esencial para impulsar nuestras democracias y construir un sistema internacional más justo, inclusivo y eficaz. El Pacto por el Gobierno ubica la democracia local en el centro de la acción y destaca la importancia de la representación y la participación. la inclusividad y la capacitación en las instancias de toma de decisiones. la urgente necesidad de recuperar la transparencia, la honestidad y la rendición de cuentas en todos los niveles de gobierno como medio para reconstruir un sistema multilateral más representativo, inclusivo y eficiente. Para que ello suceda, debemos garantizar los recursos y la capacitación necesarios para asegurar la participación significativa de la ciudadanía en la vida pública y en la toma de decisiones. Una ciudadanía corresponsable y activa debería ser una piedra angular de la gobernanza democrática. Los gobiernos pueden contribuir de forma decisiva con la aprobación de políticas claras y consistentes que garanticen una administración imparcial e independiente y aseguren la aplicación coherente del estado de derecho y de las sanciones. Unos datos abiertos y transparentes son esenciales para fomentar la rendición de cuentas, ya que protege el espacio para un control independiente de las políticas gubernamentales mediante el examen y el debate público.

Frente a este contexto, el Pacto para el Futuro por el Planeta se atiene a los siguientes compromisos:

1. Fomentar una gobernanza multinivel inclusiva, participativa, y responsable en aras de una acción global.

2. Asegurar una presupuestación transparente para facilitar la generación equilibrada de ingresos y una preciación equitativa para todos los servicios, y asegurar que las políticas gubernamentales equilibren las necesidades a largo plazo de la ciudadanía y el planeta.

3. Proteger y promover todas las instituciones públicas, garantizar la integridad del sistema judicial, y asegurar el acceso igualitario para ciudadanas y ciudadanos.

4. Fortalecer las instituciones públicas para potenciar la protección de nuestros bienes comunes globales y la disposición de bienes públicos.

5. Implicar a la comunidad científica, a la sociedad civil y a las comunidades locales en el proceso de formulación de políticas y de toma de decisiones.

6. Promover fuentes de información veraces, independientes y responsables para luchar contra la difusión de desinformación, la cual alimenta la polarización y ensancha la división cultural, especialmente en la esfera digital y para combatir los discursos de odio, las amenazas y la violencia.

7. Instar a un liderazgo feminista y a la compartición del poder en todos los niveles de gobierno.

8. Reforzar las finanzas locales y replantear la arquitectura fiscal para asegurar flujos de ingresos seguros para una mejor planificación e inversión a nivel local.

9. Contribuir al fortalecimiento del multilateralismo a través de una participación significativa en las agendas globales, así como en los organismos de toma de decisión a nivel mundial.

10. Pivotar el papel de los gobiernos locales y regionales en relación con el futuro del empleo, más allá de legislaciones y la provisión de puestos de trabajo, reconociendo el concepto de tiempo como divisa y su falta como forma de exclusión que debe abordarse.

NOSOTRAS, LA LÍDERES DE GOBIERNOS LOCALES Y REGIONALES

Admitimos la falta de confianza entre la ciudadanía y las instituciones que les da servicio y vela por sus derechos, lo cual tiene un impacto negativo tanto en la gobernanza como en las principales instituciones. Que existe una profunda necesidad de renovar las prácticas, sistemas e instituciones democráticas de forma creativa para fomentar la corresponsabilidad y el control social sobre las decisiones públicas para que estén más capacitadas para dar respuesta a las necesidades y las aspiraciones de la ciudadanía. Que, en este momento fundacional, la renovación de la democracia y la ciudadanía depende en gran medida de la aplicación imparcial y coherente del estado de derecho.

Es necesaria la creación de una gobernanza multinivel reformada que refleje un conjunto de prioridades diferente y que dé respuesta a las aspiraciones de las comunidades y a las necesidades del planeta.

Entendemos que los niveles de gobierno local y regional desempeñan un papel crucial a la hora de dar forma a sistemas de gobernanza más participativos, responsables y transparentes, que incluyan mecanismos participativos de acuerdo con las diferentes necesidades y aspiraciones de las comunidades locales para mantener un enfoque democrático sistémico, localizado y a largo plazo.

Reconocemos que el proceso de renovación de nuestras instituciones democráticas debe cocrearse decididamente con la ciudadanía, los movimientos sociales, la sociedad civil y los sectores privados en calidad de socios.

Nos comprometemos a acometer la labor de fortalecer y modernizar las democracias y el concepto de ciudadanía, y a contribuir a la necesaria reforma de la arquitectura de gobernanza internacional. Nos comprometemos a desarrollar instituciones locales y regionales más eficientes, reactivas y solidarias para cumplir las necesidades y reafirmar los derechos de los ciudadanos mediante la elaboración de un nuevo contrato social basado en valores e impulsado por derechos. Asimismo, nos comprometemos a mantener un diálogo estructural abierto, constructivo y sostenido con los gobiernos nacionales para garantizar un cumplimiento común con todas las ciudadanas y ciudadanos y sus comunidades. Nos comprometemos a desarrollar un sistema interurbano de ciudades pequeñas, intermedias, grandes y metropolitanas, a reforzar el continuum urbano-rural y a garantizar que este sistema integre la globalización a la vez que potencie conexiones con las respectivas áreas locales y territoriales, para garantizar que las próximas generaciones se beneficien de ubicar la democracia local en el centro del desarrollo sostenible. Por otro lado, nos comprometemos a contribuir activamente a la revitalización del sistema multilateral manteniendo una voz creativa, constructiva e influyente en el proceso de reforma de las Naciones Unidas y proporcionando una contribución significativa a las principales cumbres y foros internacionales, como la Cumbre de los ODS en 2023, la Cumbre del Futuro en 2024 y la Cumbre Social Mundial en 2025.

Nuestra visión para el futuro que necesitamos incluye a personas, derechos y democracias centradas en los cuidados fundamentados en el poder de la ciudadanía que permite una cooperación y una solidaridad constructivas y mutuas entre todas las esferas de gobierno. Un papel crucial de los gobiernos locales y regionales para un sistema multilateral, renovado, eficiente y en red. Un sistema multilateralista que acepta el hecho de que los desafíos globales únicamente pueden afrontarse mediante los desafíos locales y que, a su vez, los desafíos locales dependen de los desafíos globales. Un sistema inclusivo que tenga en cuenta la multitud de sistemas de ciudades y gobernanzas que existen para asegurar que todas las voces y todas las esferas de gobiernos estén incluidas en los procesos de toma de decisiones.

ASPIRACIONES DEL PACTO

A lo largo de la historia, los pueblos, ciudades y regiones han prosperado a través de la creatividad, la energía y el ingenio de todas las personas que han dado forma a nuestras calles, cultura y sociedad. La historia demuestra los importantes vínculos entre el continuado consentimiento de las y los gobernados y la legitimidad y la fuerza del gobierno. Mediante este Pacto para el Futuro afirmamos que los gobiernos locales y regionales aceptan su papel y responsabilidad decisivos para promover una calidad de vida más igualitaria y sostenible para la ciudadanía y las comunidades, para proteger sus derechos a los bienes comunes globales y locales a la vez que se protege el planeta para las generaciones futuras. En especial destacamos la importancia crucial de una relación transformada con la naturaleza y el planeta, en la unas ciudadanas y ciudadanos informados y empoderados cuentan con el respaldo de gobiernos reactivos y responsables, y en la que la humanidad y la naturaleza prosperan en franco equilibrio, con la integración de la naturaleza en los ecosistemas urbanos y la ruptura de la lógica binaria entre emplazamientos urbanos y naturales. Estas relaciones prosperarán hasta el punto en que estén basadas en el respeto y la confianza mutuos. Este respeto y confianza permitirá a las ciudades aprovechar las realidades, relaciones y proximidades locales, que son a la vez geográficas, temporales, sociales, emotivas, culturales y digitales, mientras permiten la resolución pacífica de diferencias, prioridades opuestas y conflictos. Este Pacto ofrece una vía para adoptar el Derecho a la Ciudad universal para todas y todos. Este derecho se basa en la diversidad, que es la propia fuerza de las comunidades, y fomenta el diálogo abierto, la educación y la cultura del cuidar y el compartir. Impulsados por este Pacto, reafirmamos el compromiso de nuestro colectivo de gobiernos locales y regionales con el multilateralismo y la importancia de la cooperación y la solidaridad internacionales y nuestro compromiso con la igualdad, la empatía y la solidaridad. En el centro se encuentra el reconocimiento de que la ciudadanía cuenta tanto con derechos como con responsabilidades, basados en los principios de responsabilidad, equidad, solidaridad transgeneracional e intergeneracional, dignidad, no discriminación generacional y sosteniblidad de la vida. Aspiramos a ser un Movimiento Municipal Feminista Global que desempeñe un papel decisivo en ubicar el cuidado en centro no solo de nuestro programa, sino también en inspirar y liderar en la aplicación de Nuestra Agenda Común de las Naciones Unidas. Asimismo, construimos nuestro futuro sobre los sólidos cimientos de la igualdad de género y la democracia. Para cumplir con estos objetivos, CGLU ha creado durante los últimos años y de forma decidida una plataforma inclusiva y global que alienta a sus miembros a establecer colaboraciones estratégicas que tengan un papel protagonista en impulsar el Pacto para el Futuro. Por tanto, seguiremos los objetivos de este Pacto con nuestros socios del global Taskforce, a través del cual movilizamos la voz unificada y global de las redes de gobiernos locales y regionales de forma más efectiva. Nos esforzaremos para que este Pacto hable directamente a las agendas internacionales de desarrollo más allá de 2030, y que proporcione la contribución de nuestro colectivo organizado a la Cumbre del Futuro de Naciones Unidas.

VER ORIGINAL EN: https://www.uclg.org/sites/default/files/pactoparaelfuturodecglu.pdf